23 de noviembre de 2010

Tercer Recorrido Patrimonial: Personajes del barrio

El sábado 20 de noviembre se llevó a cabo el Recorrido Patrimonial en torno a los Personajes del Barrio Lastarria. Esta actividad es fruto del tercer Conversatorio Patrimonial del proyecto, realizado con vecinos y locatarios del barrio, el 25 de septiembre de 2010.

Se dio comienzo a la ruta, frente al Teatro Ictus, en el que se destacó su creación en 1955 por alumnos del Teatro Ensayo de la Universidad Católica (TEUC) y su posterior independencia de la Universidad, convirtiéndose en Corporación sin fines de lucro en 1959. Algunos de los actores que se vinculan a su historia son Nissim Sharim, María Elena Duvauchelle, María Maluenda, Roberto Parada y Delfina Guzmán.


Luego se avanzó hasta la ex-Quinta de Pedro Aguirre Cerda, de la cual queda sólo una fuente como recuerdo, ubicada en la calle José Miguel de La Barra. Pedro Aguirre Cerda (1879-1941) fue llamado “el presidente de los pobres”. Como Ministro de Justicia e Instrucción Pública impulsó la ley de Instrucción Primaria Obligatoria. En 1938 fue elegido Presidente como candidato del Frente Popular, bajo el lema “Gobernar es educar”. Se abocó a recuperar para el país sus riquezas, a través del desarrollo agrícola, minero, energético y de combustibles. En educación amplió el número de escuelas y profesores. En noviembre de 1941 enfermó y delega su cargo al Ministro de Interior, falleciendo a los pocos días.

En las cercanías, frente al Parque Forestal, vive otra personalidad relevante: el jurista, ex diplomático, ensayista y poeta Armando Uribe, quien ha recibido el Premio Altazor 2002 y el Premio Nacional de Literatura 2004.

Luego el grupo se devolvió hasta la Calle Rosal, en la que vivieron artistas como Mario Baeza (1916 -1998, fundador de los Coros de la Universidad de Chile y de la Universidad Técnica del Estado, tradujo al castellano el texto de obras como “El Mesías” de Haendel y “La Pasión según San Juan” de J.S.Bach, fundando junto a su esposa, Iris Gacitúa, la Agrupación Cámara Chile); Claudio Giaconi (1927-2007, escritor y poeta, miembro relevante de la Generación Literaria de 1950, para la que propone “destruir los monstruos sagrados del pasado”, en 1960 es becado en Roma, luego vive en Bélgica y Estados Unidos, regresando a Chile en 1990); Tatiana Álamos (artista plástica que ha expuesto individualmente en América y Europa, su obra posee un sello americanista, dado por colores fuertes, figuras próximas a la estética 'naïf' y la incorporación de tierra, hojas y piedras); y Jorge Edwards (escritor, periodista, crítico literario y diplomático, quien en 1994 recibió el premio Nacional de Literatura y en 1999 obtuvo en España el Premio Cervantes).

En la calle Victoria Subercaseaux coincidieron tres mujeres pioneras en sus ámbitos.
María de la Cruz (1912-1995) fundó el Partido Femenino de Chile, el que participó en las elecciones presidenciales (1952), influyendo en el triunfo de Carlos Ibáñez del Campo. En 1953 María de la Cruz se presentó como candidata por Santiago en las elecciones parlamentarias, convirtiéndose en la primera senadora chilena, siendo desaforada al poco tiempo, bajo una dudosa acusación. La enfermera Gladys Peake, quien falleció en 1996, fue la fundadora de la Escuela de Enfermería en Concepción., en 1955 organizó los “Servicios de Enfermería” y creó el nivel de Auxiliar de Enfermería. Por otro lado, la coreógrafa Vicky Larraín se ha destacado por romper con las estructuras convencionales y crear a partir de un estilo propio.

En la calle Padre Luis de Valdivia deambularon, entre otros, dos relevantes artistas visuales. Sergio Castillo (1925-2010), quien tuvo su casa-taller en esta calle, estudió pintura y dibujo en Paris, y escultura en la Universidad de Chile. Pertenece a la Generación del ’50, que agrupa a escultores que se formaron e innovaron en esa década. En 1997 recibió el Premio Nacional de Arte. Juan Capra (1938-1996) tuvo su taller por el sector. Fue poeta, pintor y músico (sus canciones formaron parte del repertorio de Quilapayún). Su obra pictórica se exhibió en el Museo del Louvre. Al regresar a Chile terminó sumido en la pobreza, vendiendo sus dibujos por mil pesos en la Plaza Mulato Gil.

La Plaza Mulato Gil de Castro lleva su nombre en recuerdo de José Gil de Castro (1785-1841). Conocido como “El Mulato Gil”, nació en Lima, y residió en Chile entre 1810 y 1825, donde se dedicó a la pintura religiosa y a los retratos militares y de las clases adineradas. Instaló su taller en la actual calle Victoria Subercaseaux, donde recibía a los clientes que posaban para él en largas sesiones.
Aquí hasta hace una década era posible encontrar al escritor Enrique Lafourcade fue miembro de la Generación del ‘50. Su novela “Palomita Blanca” (1971) ha alcanzado el millón de ejemplares vendidos. Mantuvo por varios años su librería en la Plaza Mulato Gil de Castro.


En la calle Villavicencio vivió Jorge Díaz (1930-2007). Destacado miembro de la Generación Literaria de 1950, inició su trayectoria en el teatro al vincularse al grupo Ictus. Al principio trabajó como escenógrafo, para luego hacerlo como dramaturgo, llegando a ser reconocido como uno de los más influyentes de la escena teatral nacional de la segunda mitad del siglo XX. También tuvo su taller y teatro en esta calle Enrique Noisvander (1928-1990). Padre de la pantomima nacional, aprendió de Marcel Marceau el arte de la mímica. En 1968, con Fernando Colina, fundó el Taller Experimental Teatral. Durante 1969 abrió una academia de pantomima en su casa-taller. Y en la esquina con Lastarria se encuentra la casa de Antonio Coll y Pi (1857-1963), pintor y escultor español (catalán). En Chile desarrolló una extensa labor académica y artística, realizando esculturas y encargos para la decoración de monumentos públicos, entre ellos un relieve para el frontis del Palacio del Museo de Bellas Artes y las cariátides del hall central del mismo edificio.

Siguiendo por Villavicencio, se llega a Estados Unidos 201, donde se encuentra la casa-taller del arquitecto Luciano Kulczewski (1896-1972). Estudió en la Universidad de Chile, donde también fue académico Su profesión la visualizaba como una herramienta que estaba al servicio de los hombres y la calidad de vida de las personas.

En la calle Estados Unidos se habló de los personajes “típicos” del barrio, entre los que se destacan los oficios populares como el kiosquero de calle Estados Unidos, o el florista, el zapatero y el frutero de calle Merced. Además del “Divino Anticristo” y el perro Cholo.

Se finalizó el recorrido en el Pasaje Santiago Bueras, frente al edificio 170-A. Es un secreto a voces, que en este pasaje se podía ver pasar con cierta frecuencia a un político nacional... al doctor Salvador Allende.

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